Leyendo una magnífica entrevista realizada por D. Francisco Capote a D. Jesús Quesada Sanz, Secretario que fue de la Cofradía de Jesús y docto conocedor de sus costumbres y entresijos, he podido descubrir algunas anécdotas, seguramente desconocidas por la gran mayoría de nuestros miembros, y que no hacen más que reforzar el gran patrimonio inmaterial del que goza la Mañana de Salzillo.
Don Jesús mostraba al entrevistador una curiosa fotografía de Nuestro Padre Jesús Nazareno con una túnica totalmente desconocida para cualquier cofrade acostumbrado a visitar la venerada imagen, y, ante su sorpresa comenta : “¡ y tan desconocida! Como que es una del Gran Poder de Sevilla. Creo recordar que esto sucedió allá por los finales de los años 20. Un sevillano hizo la promesa de que tenía que traer para Nuestro Padre Jesús, desde Sevilla, una túnica del Gran Poder. La trajo desde luego y con ella se vistió a nuestro Titular. Fue cuando se hizo la fotografía, que, prácticamente, es desconocida para muchos.” (La fotografía aparece publicada en el diario La Verdad con fecha 15-IV-1960 y se encuentra en la hemeroteca de la Cofradía).No consta que la túnica fuera regalada a la Cofradía ni que desfilara ese año en la procesión.
Así mismo en la entrevista hace mención a lo que D. Emilio Díez de Revenga, Presidente de la Cofradía, dio en denominar la “Cofradía Innominada” cuando relata: “Nuestra vinculación desde el hecho infantil de ir cogido de la mano del padre para ver salir la procesión en la mañana del Viernes Santo. Recuerdo con la fijeza que dan estos acontecimientos, como allí se reunía mi padre con sus amigos. Ellos hacían el recuento de los que faltaban. Sucedía muchas veces que no se volvían a ver algunos hasta el año siguiente, pero a la cita de la plaza de San Agustín no se podía dejar de ir. Y, así, se producía un decurso de generaciones que se ligaban con un sentido de intemporalidad a una razón permanente: la Cofradía.”
O anécdotas referidas al carácter peculiar de nuestra gente cuando dice: “Don José Catán, mayordomo de pasos, se vestía a media noche de Jueves Santo para estar bien de mañana en Jesús. Era el gran día, casi el único día del año para muchos de ellos, el día solemne y que daba razón para toda una vida”.
Cita tambien dos anécdotas igualmente chocantes como “ la compra de armas en una almoneda del Marqués de Beniel para la Legión Romana, cuyos uniformes diseñó el propio Salzillo, y aquella otra en la que en los primeros años del siglo XIX, en que los clarines de la Cofradía sirvieron para dotar al escuadrón de voluntarios murcianos que se puso sobre las armas para combatir a Napoleón. Constan en los archivos de la Cofradía los documentos de petición del Capitán General, como también los de cesión, firmados por el Decano D. Lucas Celdrán.”
Por último refiere como “ Carrión contaba cosas asombrosas de aquellos cabildos de Septiembre, a los que asistían tres o cuatro mayordomos: Don José Catán, Don José Fontes, el Conde de Roche… se reunían a la sombra de una parra. Había una tabla ruleta en la que estaban los nombres de los siete u ocho mayordomos que iban a correr con los gastos. Estos estaban también en otro de los círculos de la ruleta. Y por este procedimiento se adjudicaba a quien correspondía los gastos de procesión, de cera, de cultos…” (Sobre este instrumento se colgó en esta misma página, en el mes de Diciembre, un artículo que detalla su funcionamiento).
Cualquier lector de estos artículos podrá apreciar la inmensa riqueza inmaterial de que goza La Mañana de Salzillo, con un conjunto de ritos, costumbres y tradiciones que durante siglos se han conservado por generaciones de murcianos.

                Guillermo Martínez Torres