José Rico de Estasen, fue director de “El Urola”, revista mensual que se publicó en Azpeitia de 1926 a 1927. Autor de “El general Elio”, “ Madrid 1940” y “ Valladolid 1940”. Fue también colaborador de “Vida vasca” en 1932, colaborador del semanario tradicionalista “La Defensa” y de la revista anual “Festa d´Elig”. En este fragmento de un artículo por él escrito en la revista “ Cristal” el 23 de Marzo de 1961 describe la emoción del pueblo a la puerta de la iglesia de Jesús, así como la leyenda de como Salzillo se inspiró para esculpir el singular rostro de nuestra Dolorosa: “¡Y, por fin La Dolorosa, es decir, la obra cumbre del célebre imaginero murciano, el más valioso tesoro de la iglesia de Jesús. Vale la pena hacer el viaje a la ciudad del Segura al solo objeto de contemplar este rostro maravilloso, de belleza única, que jamás podrá apartarse de la imaginación del que lo contempla una sola vez. El lector conocerá, seguramente, la tradición popular que nos dice cómo el escultor, para poderlo captar con su prodigiosa gubia, acusó de infidelidad a su propia esposa, provocando una explosión de inmenso dolor en el semblante de aquélla. Y es que el pueblo no puede justificar de otra manera este portento de inspiración, que a mí se me antoja un milagro; milagro de soberana elocuencia que remonta las cimas del dramatismo y de la fantasía… Con emocionadas palabras me explica mi acompañante cómo esta hermosísima imagen, que cierra el Viernes de agonía el impresionante cortejo nazareno, ha de proyectar su estilizada silueta sobre el dintel de la puerta de la iglesia en el instante mismo en que asoma por Oriente el primer rayo de sol. La muchedumbre, que llena de bote en bote la anchurosa plaza de san Agustín, aguarda con indescriptible emoción este momento. Y hay un verdadero clamor de gemidos y oraciones, un profundo estremecimiento en las apretadas filas, cuando el sol resbala por la frente de la imagen dibujando irisaciones en los ojos de la triste Señora, que rebosan de lágrimas. Recuerdo haber leído en alguna parte que el paso de “La Dolorosa” por las calles de Murcia es, sencillamente, un suceso inenarrable. La frase justa, apropiada, exacta, compendia la incomparable hermosura de esta Virgen, verdadero poema de sentimiento, que me ha sido dado contemplar en la augusta soledad de su capilla, estremecido el espíritu por una honda emoción inexplicable.”
José Rico de Estasen.